lunes, 21 de julio de 2014

El Jazz, psicopatología y drogas.




Siempre es intrigante la capacidad del ser humano de sublimar su naturaleza a través del arte; al realizar un análisis histórico de una de las etapas mejor documentadas de explosión creativa se descubre que es un tejido de factores en juego, una combinación afortunada. La música es un bastión de creatividad, representa la cultura y la conformación de individuos y grupos que la expresan. El jazz, más que un género, es una liberación. Nació al sur de los Estados Unidos  en la fusión entre lo africano, lo americano y lo europeo, desarrolla el sentimiento de sufrimiento y desigualdad de la cultura afroamericana. Sin embargo el jazz es nutrido de un espíritu de rebeldía y libertad, un desacato honorable a los cánones musicales europeo-occidentales; pues el jazz no puede ser re-producido, se reinventa cada noche, en cada sesión, bajo la virtuosa improvisación de sus exponentes.

Video: In a sentimental mood-Duke Ellington, John Coltrane (1935)



            Como contracultura el jazz se estableció  rápidamente, aunque no fue del agrado de la sociedad conservadora, el contenido musical evidenciaba la falacia del sueño americano. Al paso del tiempo, el jazz se  integró como una voz natural americana, perdió espontaneidad, sus melodías se simplificaron y sus ritmos se suavizaron para hacerlos bailables, es decir, perdió su esencia espartana. No podemos decir que el jazz no evolucionó en esta etapa, ciertamente, la aportación de músicos blancos como Benny Goodman fue valiosísima. A esta etapa se le llamó “swing”.

Como en cualquier movimiento vanguardista, existieron grupos disidentes  no conformes con la dirección que el jazz venía tomando. Algunos músicos se reunieron para formar sesiones de improvisación y deconstrucción musical, rearmando armonías establecidas, sustituyendo sus acordes, reconfigurando las melodías hasta formar canciones totalmente nuevas. De forma casi natural, el jazz norteamericano se empataba con las contemporáneas escuelas ideológicas francesas estructuralistas y deconstructivistas, cada cual en su trinchera. Esta música se enriqueció a un nivel superior en armonía, ejecución y ritmo, verdaderamente más estimulante para el intérprete y el auditorio. La música ya no invitaba al baile, sino a la analítica escucha. Esta nueva corriente se denominó “bebop”

Los principales exponentes son Charlie Parker, Dizzie Gillespie, Max Roach y Thelonious Monk. Tal era la rebeldía de este movimiento, de aquellos que lo  defendían en un inicio eran personajes excluidos de la sociedad como homosexuales, traficantes de drogas, poetas y proxenetas; raíz también del movimiento literario Beat.

Video: Dizzy Gillespie-Bebop (1947)




Bajo este contexto, el concepto de creatividad se roza contantemente con el de locura; el artista está en la posición limítrofe de la estética, lo profano, lo grotesco y lo reminiscente cultural. Fue en este caso, que la psicopatología y el uso de drogas enardeció el caudal creativo.

Por parte de la psicopatología, un trastorno grave inhibe el funcionamiento integral, por lo cual no se mejora el funcionamiento de producción artística, pero en casos leves puede ser un buen promotor creativo. Fueron muchos los músicos de jazz que confirmaron la presencia de alguna psicopatología, especialmente trastornos hipomaniacos.

El uso de sustancias psicoactivas o drogas también era frecuente, no olvidemos el medio social en el que se desarrollaban, mal pagados, discriminados y segregados por la comunidad blanca; la drogadicción se les presentó como un escape al sufrimiento y al aburrimiento; se drogaban por imitación y por presiones de éxito creativo, de una forma similar a la que hacen los deportistas de alto rendimiento.

La heroína-peligrosa y adictiva-era consumida por Charlie “Bird” Parker, uno de los más grandes saxofonistas de todos los tiempos, quien no se preocupó por ocultar su adicción, inspiro a los jóvenes músicos que por imitarlo en todo, incluso enconsumir heroína “Para tocar como Bird, debes hacer lo que hace Bird” .Uno de estos jóvenes, Miles Davis, otra leyenda de la música del siglo XX.

Si bien, consumir drogas no era un condicionante para el talento,  y no todos los grandes músicos consumían, la prensa se encargó de mitificar el carácter loco y autodestructivo de esta cultura, atrayendo a quienes se identificaran y alejando a quienes se espantaban, de todo aquello fuera de la moral clásica americana.

Muchos de estos artistas murieron de forma prematura y trágica, el jazz continuó evolucionando y esparciéndose por el mundo, adaptándose a las culturas que lo recibían. Otros géneros como el blues y el rock, heredaron su espíritu de rebeldía y desacato, probablemente en la historia jamás habrá un medio de expresión tan libre, compleja, virtuosay vanguardista como el jazz. En paradoja, logró poner en jaque las formaciones musicales clásicas, viniendo de un contexto lleno de conflictos, segregaciones y adicciones. Lo mejor sería pensar en la complejidad que la vida misma es y ver lo bello de lo horrible, que para eso, el jazz se toca solo.

            Fuente: Presentación del Dr. Luis Enrique Garay Orozco en el marco del VI Congreso de Psicología Clínica y de Enlace: Tiempos de transición. La Psicología como proyecto infinito. Zapopan, Jalisco. Mayo 2011. 



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Psic. José Luis Ramírez Esparza

jramirez@toka.com.mx 

            

lunes, 7 de julio de 2014

Causas de infidelidad














El fenómeno de la infidelidad, se trata de uno de los principales motivos de consulta psicológica; genera una gran ansiedad en quien la produce y quien la sufre. Cuando establecemos un compromiso de amor, se tiene la idea implícita de que al amar, se adjudica la propiedad del otro, al decir “te quiero” se expresa  un “te quiero sólo para mí”.  Eso es lo verdaderamente peligroso psicológicamente dentro de la infidelidad, se asegura tanto el compromiso que se cree que no va a ocurrir la infidelidad, sobre todo en compromisos formales como el matrimonio. Cuando una infidelidad sucede, generalmente es relatada y re-presentada como un hecho anecdótico, como  si estuviera fuera de la realidad, es por eso que encaja perfectamente en el mundo del chiste. Sumado a este hecho, las posiciones moralistas-patriarcales de la sociedad sesgan la infidelidad hasta convertirla en un evento aislado que sólo sucede a los débiles seres faltos de compromiso, personas guiadas por su instinto sexual y del placer. Con el advenimiento de ciencias sociales y el crecimiento de la neurociencia se ha logrado hacer estudios de calidad respecto a este incómodo tema.

¿Por qué existe la infidelidad?  Algunos estudios proponen  las causas más frecuentes:

1.      Aburrimiento y rutinas rígidas: Se busca en otras personas frenar la inercia predecible de vivir, en esta situación se atraviesan problemas depresivos y de tipo existencial, se realiza una re-evaluación de cómo y con quién pasar nuestra vida. Si se adjunta la resolución de problemas derivados del establecimiento de un patrimonio (casa propia, estabilidad económica, educación de los hijos) la persona puede llegar a percibir que se quedó sin objetivos. En otras palabras, la persona busca ponerle vértigo a su vida.
2.      Vanidad: Todas las personas en mayor o menor medida, gustan de ser percibidas como objetos de deseo. Quienes lo llevan a otro nivel buscan seducir y conquistar, alimentar su ego y demostrarse a sí mismas que pueden despertar pasiones. Cuando su autoestima se basa en la relación imagen corporal-seducción, entonces puede haber un grave problema, ya que la persona narcisista no tendrá punto de saciedad, cada infidelidad al mismo tiempo que lo daña, lo afirma como la persona valiosa que cree ser, una paradoja complicada.
3.      Las creencias y presiones sociales. Existen diferentes sistemas de creencias que pueden justificar, validar o incluso promover la infidelidad, estas nacen por supuesto de un medio social y cultural en el que se desarrolla la persona. Algunas frases comunes que reflejen estas creencias son “por una sola vez”, “igual no tiene porqué enterarse”, “no voy a quedar como un cornudo” “¿a quién le dan pan que llore?”, “todo el mundo lo  hace”, “los hombre somos así”, “es sólo sexo”, “le voy a devolver lo que me hizo” “él/ella no me satisface”.
4.      Los valores apoyan el establecimiento de un compromiso mutuo. Sin embargo cuando existe la infidelidad este mismo sistema de valores hace que la persona que es infiel entre en un conflicto aún mayor, al ver traicionado algo importante que le constituye.
5.      Problemas de comunicación: estos  conflictos son como una bola de nieve, al principio pasan por ligeros, casi desapercibidos. Llega un grado en que las personas no sólo se encuentran en deficiente comunicación, sino que se sienten incomprendidas, la pareja así, se ve dañada, a veces de forma irreparable.
6.      Poca gratificación sexual: en ocasiones las parejas se estereotipan en cuanto a lo sexual se refiere. Sucede principalmente en los hombres quienes buscan fuera de la estabilidad de pareja experiencias sexuales novedosas. Esto no exenta que también existan mujeres que por este motivo sean infieles.
7.      La curiosidad y búsqueda de aventuras: Suelen ser aventuras casuales, en donde una vez experimentada la sensación de infidelidad es capaz de regresar a una estabilidad de pareja. Sin embargo, esta “curiosidad” se puede convertir en algo recurrente; la búsqueda de aventuras puede llevar a una persona a exponerse a situaciones de riesgo afectivo.

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Psic. José Luis Ramírez Esparza

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